En 1918 y 1919 la gripe española mató
a 40 millones de personas de personas y, desde entonces, el fantasma
de las pandemias recorre el mundo. Y mucho más desde ayer, cuando la
Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó el nivel de alerta
sanitaria mundial a cinco (de seis posibles) por la gripe porcina.
Ocurre que cada 30 o 40 años el mundo
suele sufrir una pandemia de influenza con una nueva cepa de gripe
que se propaga rápidamente y provoca la muerte de miles de personas
en pocas semanas.
Si se produjera un escenario similar al
de 1918/1919 (el peor posible), la gripe afectaría a cerca del 40%
de la fuerza laboral, lo que mataría a millones de personas y
llevaría a la escasez de suministros y a una baja dramática del
comercio mundial.
Pero, según infectólogos consultados
por LA NACION, el brote de gripe porcina no será ni por asomo tan
mortal como el de la gripe de 1918. Ni siquiera sería tan agresivo
como el de la gripe de Hong Kong, que mató en 1968 a un millón de
personas.
"Esto es como los terremotos. Se
sabe que viene y no se sabe cuándo. La pandemia es impredecible,
pero hasta ahora no se ha visto. Fuera de México murió un chiquito
de 23 meses que podía estar en riesgo por otras razones por fuera de
la pandemia", dijo a LA NACION el médico infectólogo Daniel
Stamboulian.
Por su parte, el profesor de
Infectología de la Universidad del Salvador Eduardo López dijo que
la gripe española se produjo "cuando un virus de origen aviar
afectó a una enorme cantidad de países en épocas de recursos
terapéuticos muy precarios".
"Aunque estamos frente al riesgo
de una pandemia, siendo cautamente optimistas, se puede decir que no
vamos a tener el número de casos de la gripe española ni tampoco el
de la gripe de Hong Kong", agregó.
Esta última se difundió muy
rápidamente, de modo que enseguida hubo 30.000 casos. "Ahora,
en cambio, si se saca a México, la cantidad de casos no llega a
2000", dijo López.
Según el médico infectólogo, los
factores que hacen prenunciar que no se reiterará una pandemia
similar a la de la gripe española es que en esa época no había
antibióticos para tratar el mal.
Ahora, en cambio, existen tratamientos
efectivos, porque el virus porcino es sensible a dos antivirales
conocidos: Oseltamivir y Zanamivir. También hay amplias
posibilidades de desarrollar una vacuna en un lapso de entre cuatro y
seis meses.
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