viernes, 1 de junio de 2012

2. El antecedente inquietante


Por otro lado, actualmente la capacidad de aislamiento de los casos sospechosos y de los enfermos es mayor. No sólo se puede aislar completamente al individuo, sino que los barbijos brindan una protección del 95% y son más efectivos que antes.
Además, según explicó López, la gripe española suponía un enorme riesgo de muerte por "sobreinfecciones bacterianas" como las del neumococo. "El virus de la gripe destruye el epitelio protector ciliar del aparato respiratorio, que es una suerte de cepillo que barre las bacterias hacia arriba", explicó.
En tales casos puede ser necesario que al paciente se le brinde una asistencia respiratoria mecánica, que no existía en 1918.
Por estas carencias, la gripe española fue tan mortífera. La enfermedad debe su nombre a que los países implicados en la Primera Guerra Mundial no informaban sobre la pandemia para no desmoralizar a las tropas, por lo que las únicas noticias de la enfermedad provenían de la prensa española, que no estaba expuesta a censuras.
Más allá de la prohibición de informar sobre la enfermedad, la gripe española mató cuatro veces más personas que la primera conflagración mundial.
Además, pese a su nombre, el primer caso de esta enfermedad se registró en Estados Unidos, en Camp Funston (Kansas), el 4 de marzo de 1918.

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