viernes, 1 de junio de 2012

La gripe española causado por las vacunas


Si revisamos la historia del periodo de 1918, cuando se extendió la gripe, veremos que ésta comenzó repentinamente, justo después de que los soldados volvieran de la Primera Guerra Mundial.

Fue la primera guerra en la que todas las vacunas conocidas fueron inyectadas obligatoriamente a los hombres en servicio.

La mezcla de fármacos venenosos y proteínas pútridas de las que se componen las vacunas (Nota Trinity: esta expresión del autor es la más acertada, “proteínas que se pudren en el interior del organismo”), causaron tal extensión de la enfermedad y muerte entre los soldados, que lo que se decía entonces (Nota Trinity: ¡ya se decía entonces pero por desgracia nuestros abuelos y bisabuelos no están aquí para corroborar mucho de esto y los libros que podrían contarlo, como éste, está descatalogado y es imposible de encontrar en una librería) era que habían causado más muertes las inyecciones médicas que los tiros del enemigo en el frente.

Miles de hombres quedaron inválidos por las vacunas, como enfermos tullidos e inútiles, antes incluso de que vieran el campo de batalla.

La tasa de mortalidad y enfermedad entre los soldados vacunados fue cuatro veces más alta que entre los civiles no vacunados. Pero esto no frenó a los promotores de las vacunas. La vacuna ha sido SIEMPRE un gran negocio y así continúa siéndolo hasta el día de hoy.

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