Meses antes de
que acabara la Primera Guerra Mundial uno de los brotes más
terribles de la gripe acabó con la vida de unos 25 millones de seres
humanos, muchos más de los que habían muerto durante la Gran
Guerra. La enfermedad atacó con más virulencia a los indivíduos
jóvenes, los que se encontraban entre los 20 y 50 años.
Las
consecuencias de esta enfermedad no solo fueron de pérdidas humanas
(bastante trágico de por sí), la economía sufrió una de sus
peores crísis y la demografía, muy tocada por la guerra, acabó por
hundirse definitivamente. Fue la epidemia más grave de gripe que ha
sufrido la humanidad pero, seríamos injustos si la consideráramos
la única. La gripe es una vieja amiga que tiene la mala costumbre de
visitarnos cada año.
La enfermedad, o
algo por el estilo, fue descrita por el médico griego Hipócrates en
el año 412 antes de Cristo. El crónista de las guerras del
Peloponeso, Tucídides, también hizo mención en sus escritos de una
enfermedad que los investigadores actuales han querido relacionarla
con la gripe una vez estudiados los síntomas que el histortiador
griego señala. La pandemia en cuestión acabó sin contemplaciones
con todo un ejército ateniense.
Si tuvieramos
que buscar una definición al problema deberíamos apuntar que la
gripe es una enfermedad infecto-contagiosa aguda del sistema
respiratorio. Un episodio de gripe no complicada cursa con un cuadro
que incluye tos seca, dolor de garganta, taponamiento y secreción
nasal abundante e irritación de los ojos. Normalmente hay
escalofríos, fiebre de rápida instauración, dolor de cabeza,
muscular y articular y, frecuentemente, síntomas digestivos. En el
primer caso los síntomas y la fiebre remiten paulatinamente en el
transcurso de pocos días. Sin embargo, cuando el proceso se acompaña
o va seguido de una neumonía viral o bacteriana, la mortalidad
aumenta.
Durante el
Renacimiento se le dio el nombre de INFLUENZA, pensando que la
enfermedad venía por influencia del frío, la humedad (e incluso de
las estrellas). Nosotros, como otros muchos países, utilizamos una
variación del término francés GRIPPE.
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