Muy poca gente se da cuenta de que la
peor epidemia que azotó jamás a América, la gripe española de
1918, ocurrió por el efecto secundario de una campaña de vacunas
masiva a nivel nacional.
Los doctores dijeron que la gente moría
por la enfermedad causada por los gérmenes. Los virus aun no se
habían descubierto en aquella época porque, de lo contrario,
hubieran sido culpados de todo aquello. Los gérmenes, las bacterias
y los virus, junto con los bacilos y otros organismos invisibles, son
los seres “malvados” a los que los doctores achacan todos los
males que desconocemos (o desconocen).
Si el doctor hace un diagnóstico
incorrecto, y mata al paciente, siempre puede culpar a los gérmenes,
y decir que el paciente no recibió un diagnóstico a tiempo o no fue
a verle a tiempo.
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