miércoles, 23 de mayo de 2012

libro: la reacción social ante la gripe española parte 3


periódicos, debido a las numerosas bajas en su personal.
La epidemia resultaba enormemente extensa aunque
de un carácter benigno.
 “La enfermedad reinante, aunque leve en sus
efectos, tiene tal poder contagioso que
constituye justamente un serio motivo de
preocupación para el vecindario. Apenas hay
casa en Madrid que se haya librado de la
invasión epidémica, ni servicio que, por tener
completo su personal, pueda realizarse
normalmente”.

Estos hechos motivaban la alarma entre los
madrileños, por lo que, desde el principio, el alcalde quiso
tranquilizar los ánimos:
“No puede negarse, porque es un hecho
conocido, que se vienen registrando en estos
días numerosas invasiones de una enfermedad
de muy escasa duración que no ofrece gravedad
alguna. De las investigaciones practicadas
parece tratarse de una infección catarral de
extraordinario poder de difusión, provocada por
las condiciones climatológicas reinantes y
auxiliada en determinados centros, como teatros,
cafés, cuarteles, etc. por la aglomeración y
contacto permanente de personas”.

El doctor Marañón, una de las voces más
autorizadas de la Medicina española por entonces,
planteaba también algunas dudas sobre qué clase de
 enfermedad era aquella aunque, por los síntomas, se
inclinaba por alguna forma de gripe. Desde luego,
recomendaba también el evitar aglomeraciones y lugares
cerrados, por cuanto la infección se propagaba por vía
aérea:
“Seguramente el modo de infectarse los
enfermos es por el aire aspirado. La primera
localización en las vías aéreas superiores y el
carácter general de la enfermedad así lo
demuestran. El microbio o microbios
responsables están en la atmósfera”


No hay comentarios:

Publicar un comentario