miércoles, 23 de mayo de 2012
libro: la reacción social ante la gripe española parte 2
La gripe solía durar tres días a no ser que se llegara a
complicaciones del aparato respiratorio o del
gastrointestinal, sobre todo en niños y ancianos, los sectores
de la población más expuestos a dichos problemas por su
inmadurez o por el desgaste debido a la edad. En esas
ocasiones la gripe podía llegar a ser mortal aunque en
proporciones muy bajas de la población afectada y siempre
debido a alguna dolencia previa que se agravaba en esas
circunstancias.
Fue en esas fechas, hacia mediados de mayo, cuando
el pueblo de Madrid se vio afectado por una epidemia de
gripe que atacó a gran parte de la misma. El aspecto más
destacable, además de las fechas poco habituales, fue su
explosividad: en apenas una semana una proporción
considerable de los madrileños fueron asaltados por los
síntomas expuestos.
El día 22 “La Acción” empezó a hablar de la que
denominaron inicialmente “epidemia reinante”.
“En todas partes continúan las bajas, y puede
decirse que éste es el tema casi único de las
conversaciones… cuando se deja de hablar de
las subsistencias, naturalmente.
En Apolo pasan de veinte los músicos enfermos,
y la compañía está en cuadro. En la Zarzuela
también hay varios músicos enfermos y la mitad
de la rondalla que tocaba ‘Soldado de
Nápoles’… En algunos regimientos las bajas
han pasado de 200”.
Se hablaba de que la mitad de los madrileños estaban
en cama y no había familia que no tuviera a tres o cuatro
miembros enfermos. Algunos servicios esenciales, como
Correos, trabajaban a un ritmo mucho menor, al igual que
otros organismos públicos o privados, como empresas o
periódicos, debido a las numerosas bajas en su personal.
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