miércoles, 23 de mayo de 2012

libro: la reacción social ante la gripe española parte 14


de las intervenciones que habían tenido lugar el día
anterior en la Academia Médico-Quirúrgica. En ellas había
abiertas discrepancias sobre el origen de la enfermedad:
algunos seguían defendiendo que era el bacilo de Pfeiffer
pero la mayoría se mostraba escéptica o no entraba en esa
cuestión, salvo el médico del Laboratorio Municipal que, de
acuerdo a los comentarios del doctor Chicote, atribuía la
dolencia a un agravamiento de la virulencia del “micrococo
catharralis”.
Sí había más unanimidad en defender que las
complicaciones habidas eran más frecuentemente de
carácter bronco-pulmonar, registrándose casos de
hemoptisis (vómitos de sangre), en cuyo caso la posibilidad
de fallecimiento crecía. El doctor Marañón comentó que, de
los 50 casos de este tipo presentados en el Hospital
Provincial, 9 habían muerto, encontrándose afectados
también otros órganos, como el hígado y las cápsulas

suprarrenales. Obviando las abiertas discrepancias sobre la
presencia detectada o no del bacilo de Pfeiffer, el doctor
Hernando, que presidía la sesión, la concluyó afirmando
diplomáticamente:
“Hizo el resumen de la sesión el doctor
Hernando, manifestando que la actual epidemia
es una gripe proteiforme de tipo pandémico, que
decrece de un modo notable y que presenta, en
general, caracteres de benignidad”.

mente en retroceso, tanto en Madrid como en
provincias. El momento álgido, como luego se comprobó,
había transcurrido entre el 27 de mayo y el 9 de junio, y a
partir de entonces fue declinando para darse por concluida a
finales de junio de 1918.
Durante ese tiempo numerosos servicios oficiales
habían disminuido su ritmo de trabajo ante la carencia de
plantilla, mucha de ella enferma. Servicios de Correos y
Telégrafos, los Bomberos registrando una tercera parte de su
personal de baja, oficinas, administraciones que no podían
atender el papeleo… Junto a ello, a medida que mejoraban
los servicios reincorporándose los enfermos al cabo de los
días, también se encuentra una picaresca que debía estar
extendida. Lo comenta “El Siglo Futuro” bajo el epígrafe de
“Curaciones fulminantes”.


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