miércoles, 23 de mayo de 2012
libro: la reacción social ante la gripe española parte 25
Los rumores parecen haber ido en la buena
dirección. No se sabe cuál fue el origen exacto de esta
segunda oleada de gripe, la más mortal, dentro de Europa.
En agosto ya se dieron casos de extrema gravedad de nuevo
en la francesa Brest, lugar donde llegaban y marchaban
soldados norteamericanos, algunos de ellos enfermos, y
también Oporto. Sin embargo, en el Levante español se
había registrado un sospechoso aumento de casos graves que
no tardarían en provocar la alarma general en cuanto se
extendieran masivamente a gran parte de la población de
aquellas provincias.
La segunda oleada parece cronológicamente haber
surgido en fechas simultáneas en tres lugares diferentes, lo
que produce aún más perplejidad en cuanto a los motivos de
que el virus y su mortalidad cambiaran de una manera tan
repentina. Lo que resulta indudable es el cauce de contagio
existente entre Francia, España y Portugal, siguiendo la
línea férrea. El Gobierno fue consciente de estas vías de
contagio si bien sus medidas resultaron completamente
ineficaces, como pronto se verá.
En todo caso, al día siguiente de la exigencia
planteada en el diario “El País”, hubo un comunicado
oficioso del subsecretario de Gobernación que resulta un
elemento fundamental para entender el modo en que
intentaban enfrentarse a una expansión casi incontrolada de
la epidemia:
“Se ha recrudecido la gripe en España hasta el
punto de presentarse distintos focos en muchas
provincias, con carácter expansivo, gran número
de atacados y la mortalidad propia de la gripe,
causada por complicaciones bronco pulmonares.
Se recomienda a los pueblos el posible
aislamiento de los enfermos y evitar la
aglomeración de gente en sitios cerrados, que
facilitan el contagio, y emplear medidas de
desinfección y profilaxis general propias de
estos casos”
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