viernes, 23 de marzo de 2012

la gripe española ``detras de un telón´´

Para acelerar más histeria algunos han sacado del recuerdo a “la gripe española” como si se tratara de un antecedente de la actual. La historia documenta que no hay similitudes.

Empezó en los últimos meses de concluir la Primera Guerra Mundial. En febrero de 1918 la “fiebre de los tres días” se había metido en el cuerpo de 8 millones de españoles y en Madrid atacó a un tercio de la población. Síntomas: fiebre de 40 grados, dolor agudo en la cuenca de los ojos, en los oídos y en la zona lumbar. Pero al cabo de tres días la mayor parte de la gente se recuperaba. Esto es lo que cuenta el libro “Historia Mundial de los Desastres”, de John Withington y comentado en el diario El País. Pero la peste no había surgido en España sino en las sucias y pestilentes trincheras de los países en pugna bélica en aquel terrible conflicto militar de cuatro años de duración.

No había medicación posible para frenar la pandemia. No existían los antivirósicos, ni los contundentes antipiréticos, ni los antibióticos (que recién aparecerán casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial). La gripe se combatía con reposo y con paños fríos. Arrastró, como mínimo, el doble de muertos que en los campos de batalla: más de 20 millones de víctimas.

Ciertamente surgió en los campamentos del Ejército de los Estados Unidos, que ingresó en la guerra en 1917. Fueron 11.000 los soldados norteamericanos que murieron de gripe y no por las balas o el bombardeo en el Frente Occidental. Pero otros 22.000 fallecerían en los cuarteles de su propio país sin llegar a salir en los barcos rumbo a Europa. Una persona de cada diez se contagió de la peste en Boston. En Bombay (India) murieron 700 personas en un día y los menos afectados fueron los de la casta de los “intocables”, porque nadie se les acercaba. En el suroeste de África, los hospitales sólo admitían blancos. Faltaba infraestructura sanitaria y remedios. En Quebec, Canadá, murieron 10.000 sin poder ser atendidos. Si uno estornudaba o tosía en una calle de Nueva York podía ser multado con 500 dólares o encarcelado durante 1 año. Um periódico de Copenhague, Dinamarca, proclamó: “La lección que tenemos que extraer de esta pandemia es que hay que combatir la pobreza” y, de hecho sirvió para que mejorara la sanidad pública.

No hay relación de la actual gripe A o H1N1 con la española. No se ha expandido por el mundo y a los médicos los ampara una decisiva farmacopea que frena o termina con los síntomas.

1 comentario:

  1. Relevante información acerca de las catastróficas consecuencias que se produjeron a causa de la gripe española en el año 1918. Un gran aporte, sin duda.

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