viernes, 20 de abril de 2012

Los sintomas

Las primeras señales de la enfermedad fueron fiebre alta, fatiga y vómitos.  Además, las enfermeras europeas notaron un particular síntoma en sus pacientes: manchas oscuras en los pómulos y pies, claro indicio de cianosis por falta de oxígeno. Autopsias posteriores revelaron que los afectados morían asfixiados, ya que los alvéolos (células pulmonares que contienen aire) quedaban saturados de líquido.

Lo que ocasionaba este problema era una “tormenta de citocinas”. Las citocinas son células proteicas que se activan cuando el sistema inmunológico reacciona contra un agente patógeno, enviando al foco de infección linfocitos T y generando, a su vez, más citocinas. Nuestro cuerpo logra mantener un eficiente equilibrio en este círculo. Sin embargo, cuando el sistema de defensas se enfrenta a un virus altamente ofensivo como el H1N1, se produce un desequilibrio por el cual el cuerpo genera de forma exagerada una gran cantidad de células inmunoreguladoras que se concentran en un solo lugar. Esto es tan nocivo que si se llega a producir en órganos como los pulmones, puede resultar letal.

Lo dicho explica, a su vez, por qué la “Gripe española” terminó con las vidas de personas jóvenes y sanas (como aquellos primeros soldados de Kansas), con un sistema inmunológico fuerte. El 99% de las muertes fueron pacientes menores de 65 años.  

1 comentario:

  1. Morir de una gripe como esta debe ser horrible. Aparte que murio mucha gente, el miedo de no saber que les pasaba empeora todo.

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