miércoles, 23 de mayo de 2012

libro: la reacción social ante la gripe española parte 58


Por otra parte, el doctor Falcó opinaba también de
forma contundente sobre una noticia que había aparecido
dos semanas antes procedente de Salamanca. Allí un médico
llamado Maldonado había descubierto lo que denominaba
“bacilo seudopestoso” en el análisis de enfermos,
adjudicándole la causa de la gripe que no venía a ser tal,
sino una forma de peste.
Además de que la noticia apareció en todos los
periódicos, surgió la polémica porque desde Sevilla se
afirmaba que tal bacilo se descubrió allí un mes antes y se

había dado cuenta a un periódico pero sin darle la
importancia que el doctor Maldonado pregonaba.
En esta confrontación intervenía Ruiz Falcó para,
desde una perspectiva científica, dejar las cosas en su sitio:
“El doctor Maldonado fue dirigido a mí por la
Inspección general de Sanidad, porque yo soy el
encargado actualmente de la Sección de
Epidemiología del Instituto de Higiene de
Alfonso XIII…
Me presentó dos preparaciones de esputo, de las
cuales no había hecho cultivos ni inoculaciones,
y un cultivo aislado en un hemocultivo ‘impuro’
no hecho por él, sino remitido desde un pueblo
por un compañero.
A su presencia hice todas las investigaciones
necesarias, y quedó comprobado plenamente que
no era peste”

Por último, el doctor Falcó reafirmaba que la línea
preferente de trabajo seguida tanto en Francia como en
España era la de emplear vacunas contra la neumonía, de
modo que se protegiese al enfermo contra las
complicaciones pulmonares, principal causa de la muerte de
los afectados por la gripe.
Aunque no lo mencionaba, algunos médicos
militares sí resaltaban la inutilidad de la vacuna antidiftérica
que el doctor Maestre defendía en todos los ámbitos

políticos y sanitarios. La difteria no era una de las
complicaciones típicas de la gripe y proteger de ella
resultaba inútil, cuando no peligroso, por sobrecargar de
defensas la sangre del enfermo. Además, ya se empezaba a
notar una carencia en pueblos de dicha vacuna para casos
reales de difteria.
Los médicos también defendían con fuerza el
componente social y organizativo de la Sanidad española. El
3 de noviembre se celebró en el teatro Español de Madrid un
mitin higienista presidido por un exministro, el doctor
Cortezo, presidente además de la Academia de Medicina.
Francos Rodríguez comenzó el acto planteando la
necesidad de profundas reformas sanitarias en el país, con la
construcción de un gran número de Institutos de Higiene,
además de ganarse finalmente a los presentes recordando a
los médicos rurales, que morían en la miseria dejando a sus
familias en una gran necesidad.
Tras una gran ovación le sustituyó el doctor Juarros
que, desde un punto de vista médico, relató la enorme
incidencia de la viruela o la meningitis tuberculosa en niños
ante la incuria de los sucesivos gobiernos habidos en el país,
incapaces de mejorar el estado higiénico de los terrenos y
las aguas de suministro a la población.



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