miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Por qué tan mortífera?


Hoy en día gracias a un controversial y arriesgado estudio, se pudo teorizar a una hypercitoquinemia, o “tormeta de citoquinas”, como el factor responsable por el altísimo índice de mortalidad del virus. Las citoquinas, grosso modo, son proteínas de control. Las mismas ejercen una función reguladora en las células que las producen. Desde el crecimiento, la comunicación celular, la quimiotaxis, y, pertinente a este caso, la secreción de inmunoglobulinas.Sin complicar las cosas mucho, y haciéndolo fácil de entender, durante una “tormeta de citoquinas” una retroalimentación positiva repetitiva (en castellano: una respuesta en sentido directo a un estímulo que se repite una y otra vez) se produce a causa de la presencia del subtipo H1N1. Como resultado las citoquinas señalan a los macrofagos y las células-T (mecanismos de defensa contra patógenos) a dirigirse en sentido del estímulo. Por una razón todavía no entendida por la ciencia actual, en el caso de la “tormenta de citoquinas” esta retroalimentación positiva se vuelve repetitiva en exceso, y pierde el control que normalmente el organismo ejerce sobre la misma, llevando a la producción excesiva de citoquinas y la deterioración de tejidos a causa del proceso. Como resultados, intensas fiebres, mareos y fatiga extrema llevan a la muerte, incluso, de adultos jóvenes.

El posible “próximo causante” de una pandemia nivel es el H5N1, o gripe aviar, la cual tmabién causa la muerte a causa de una “tormentas de citoquinas”. Y, como bien se mencionó en el video presente en este artículo, el resultado sería mucho peor, ya que los viajes intercontinentales e internacionales se han incrementado enormemente, mientras que la infraestructura hospitalaria, a causa de los modelos de máximo rendimiento económico actuales, ya no está diseñada para soportar pandemias masivas como en el pasado.

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