miércoles, 23 de mayo de 2012

libro: la reacción social ante la gripe española parte 45


Mientras las noticias se sucedían de manera
monótona, sobre todo en manos de las autoridades, que se
limitaban a hacer una reseña diaria de los pueblos invadidos,
de las medidas adoptadas, del número de afectados y la
mortalidad encontrada, las críticas políticas empezaban a
arreciar. ¿Qué hacía el Ministerio de la Gobernación? ¿Qué
había hecho para evitar el impacto de la epidemia? ¿Por qué
faltaban medios de modo tan clamoroso en las poblaciones
rurales?
El primer ataque se registra en el “ABC” contra la
labor de la Inspección de Sanidad dirigida por el doctor

Martín Salazar. Inmediatamente recibe las réplicas de otros
médicos, a los que el periódico contesta:
“El médico Sr. Pulido afirma en El Liberal de
anteayer que ‘la epidemia actual fue ya
profetizada en la primavera por el Real Consejo
de Sanidad y la Academia Nacional de
Medicina’. No podía, pues, estar desprevenida la
Inspección General. Sin embargo, nada o casi
nada ha hecho esa inspección, preferentemente
ocupada de girar visitas veraniegas a los
agradables sanatorios marítimos de La Pedrosa,
en Santander…
Si en la primavera se esperaba este
resurgimiento de la epidemia ¿por qué no se
adoptaron precauciones? Si para ello hacía falta
dinero ¿por qué no se pidió? Si se pidió y el
Gobierno no quiso concederlo ¿cómo esos
técnicos en quienes descansamos no se han
dirigido al país declinando su gravísima
responsabilidad y cómo no han ejercido la
legítima coacción de dimitir unos cargos en los
que sabían de antemano que nada podían
hacer?”

Un ataque tan directo a la falta de previsión del
principal responsable médico y a su posible postura
“acomodaticia” debía levantar ampollas entre la clase

médica. Tres días después, por ejemplo, un nuevo doctor
intervenía en las páginas del diario vespertino “El Día” para
discutir sobre las censuras recibidas por algunos colegas.
Tras explicar detalladamente la forma clínica de la gripe, el
modo de remediarla, venía a concluir en que la
responsabilidad, en no pocas ocasiones, debía achacarse a
los propios enfermos, por sus descuidados hábitos
higiénicos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario