La gripe no sólo es una, sino que
depende de las cepas de los virus con que se propaga, y éstos están
constantemente sometidos a cambios. El brote de virus que causó
la Gripe Española pertenece al mismo subtipo que la mal
llamada Gripe del Cerdo, el H1N1. La Gripe Española causó
la muerte de más de 50 millones de personas en todo el planeta, y no
sólo porque entonces las condiciones sanitarias no fuesen las
mejores. Lo curioso de esta pandemia fue que no atacaba a niños y
ancianos, como suele ser habitual en estos casos. La Gripe
Española se cebaba sobre todo en jóvenes y adultos sanos, y la
razón es la llamadatormenta de citocinas. Se trata de una respuesta
violenta de las propias defensas al hallarse ante un invasor de gran
peligrosidad. Las citocinas son proteínas que en determinadas
situaciones se coaligan a las células inmunes para acudir donde el
agente patógeno causa el daño. A veces, el carácter de éste
provoca que las citocinas se revolucionen y envíen continuas órdenes
de manera que llegan a colapsar el sistema respiratorio. Este mortal
proceso fue el que causó tantas muertes en la también mal
llamada Gripe Española. Mal llamada porque, en realidad, no se
originó en España, sino que se la bautizó así al ser España un
país neutral en la Primera Guerra Mundial y donde sus periódicos no
ocultaban una información sustraída en otros países. Sea de una
manera o de otra, la temida tormenta de citocinas no sólo apareció
en aquellos años. También en 2003 fue responsable de las muertes
acaecidas durante el SARS, así como por la Gripe Aviar y los
distintos brotes que han causado una alarma más o menos justificada,
como la pandemia de 2009.
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