miércoles, 30 de mayo de 2012

No del todo española


La grave pandemia de gripe que asoló medio mundo entre marzo de 1918 y febrero de 1919, dejando tras de sí entre 150.000 y 250.000 cadáveres solo en España (entre 50 y 100 millones en todo el mundo), pasó a la historia con el nombre infame e inmerecido de gripe española.
Hoy sabemos con certeza, sin embargo, que el virus de la gripe A (H1N1) causante de esta pandemia gripal no tuvo su origen en nuestro país. Está bien documentado que los primeros casos se dieron en un campamento militar de Funston (Kansas, Estados Unidos) el 4 de marzo de 1918. En los seis meses siguientes el ejército estadounidense envió a combatir en Francia a más de un millón de soldados, que llevaron consigo el mortífero virus. De hecho, el general alemán Erich Ludendorff llegó a afirmar que la derrota alemana en la I Guerra Mundial (el armisticio se firmó el 11 de noviembre de 1918) se debió fundamentalmente a la mortífera gripe de aquel año.
Hoy sabemos también que las altas jerarquías políticas y militares de los países enfrentados en la Gran Guerra se esforzaron por mantener oculta la existencia del virus. Declarar abiertamente la presencia de la gripe en los campos de batalla podía ser motivo de deserciones masivas o actos de rebeldía, siempre indeseables, pero más que nunca en esa fase final de la guerra. La censura de prensa se encargó de impedir, pues, que los primeros casos de gripe en América y Europa trascendieran a la prensa estadounidense, británica, francesa, portuguesa, italiana, austrohúngara, rusa, otomana, griega o alemana. En 1918 España era uno de los pocos países europeos neutrales y, por lo tanto, sin censura militar en este sentido.
Así las cosas, cuando a finales de mayo de 1918 las autoridades sanitarias españolas declararon que en Madrid se habían producido algunos casos de gripe y los periódicos airearon la noticia, las principales potencias mundiales no dudaron en señalar que la epidemia de gripe era de origen español. Así lo hizo en Inglaterra nada menos que la Royal Academy of Medicine, y desde entonces Spanish influenza, Spanish flu o Spanish Ladyfueron nombres asociados en todo el mundo a la pandemia gripal de 1918. En aquel entonces podía tener su explicación, pero se entiende mal que todavía hoy, casi cien años después, siga habiendo médicos que la llamen Spanish flu.
Claro que si mal está que sigan llamándola así en inglés, no digamos ya lo que se siente al leer en español eso de “la gripe española”.

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